Al tiempo de
recuperar este testimonio de vida logrado por Daniel Puebla y publicado en El
Sureño el 26 de diciembre de 1994, él y su familia se encuentran de vacaciones.
Con el tiempo
dejó de ser noticia el accidente que impactó en su vida, y logró superar las
limitaciones físicas en que se vio envuelto; pero.. vamos a recuperar una de
estas Experiencias cotidianas que
merecen ser contadas.
El
12 de diciembre de 1991 quedó grabado en la vida de Juan Cárdenas y su familia.
Sucede
que ese día sufrió un terrible accidente de tránsito que tuvo dramáticas
consecuencias para él: perdió la vista. A partir de ese momento comenzó otra
vida, llena de trabas y sinsabores que se sumaban y hacía que todo perdiera su
valor.
Pero
su fe y la ayuda de sus seres queridos pudieron más que cualquier obstáculo y
Juan comenzó a salir adelante. A pesar de su discapacidad, trabaja y estudia y
es todo un ejemplo para aquellas personas que piensan que todo está perdido.
A veces la vida
nos coloca frente a situaciones extremas que son muy difíciles de resolver. Por
ellas sufrimos, padecemos hasta extremos y sólo con mucha fuerza de voluntad y
la ayuda de los seres queridos se puede salir a flote. Es muy complejo, pero no
imposible.
Hoy El Sureño
Trata uno de esos casos de la vida diaria, desconocida por muchos pero que
merecen ser publicadas porque son un
ejemplo para todos aquellos que dicen que todo está perdido. Esta es la vida de
Juan Cárdenas un joven fueguino de 27 años quien perdió la vida hace tres y a
pesar de todo salió adelante.
-¿Qué
pasó en tu vida después de este accidente?
-A partir de ese
momento comencé a luchar. Al principio no hice nada, era todo muy duro y luego
inicié mi etapa de recuperación.
¿Qué
recordás de ese primer año?
El apoyo de mi
familia y de mis amigos que te alientan a seguir adelante; por eso a mí no se
me hizo tan difícil porque mi familia siempre estuvo detrás de mí.
Ellos me decían
que no me cayera, que lo que había pasado había que enterrarlo porque hay que
seguir viviendo.
¿Cuál
fue la última imagen que recordás?
Cuando en el
coche cruzábamos el puente (General Mosconi), antes de chocar.
¿Tenés
algún recuerdo especial, alguna imagen que tengas más presente que otras?
Todos los lindos
recuerdos, a veces me pongo a pensar y me vienen imágenes de algo hermoso que
viví..
Me
imagino que el apoyo de tu señora es fundamental.
Así es, el apoyo
de mi señora –Elba Vargas, de 26- es muy importante, ella me ayuda muchísimo en
todo y por eso las cosas no se me hacen tan complicadas. Hace más de tres años
que estoy casado.
Da
la impresión que en tu diccionario, la palabra “imposible” no existe.
(Risas).. lo que
sucede es que cuando vos te proponés metas, trabajás para cumplirlas por más
que tengas algún de problema.
El
deportista
El día del
accidente de tránsito él iba en un automóvil con varios compañeros del equipo
de Tolhuin y regresaban de jugar un partido de fútbol de salón en la Margen
Sur. Sucede que Juan Cárdenas era uno de los arqueros de ese conjunto y este
deporte siempre estuvo aliado a subida y a sus amistades.
Participó en
torneros locales y nacionales y todos lo recuerdan como un excelente compañero
dentro y fuera de la cancha.
¿Extrañas el fútbol de salón?
Sí muchísimo.
Sucede que fueron
quince años de estar jugando, entrenando y compartiendo con mis compañeros un
montón de cosas. El fútbol de salón era algo muy importante en mi vida.
A
pesar de todo, me comentaron que a veces sabes concurrir al Centro Deportivo
cuando se juegan partidos importantes.
Así es, pero
ahora hace mucho tiempo que no voy a la cancha. Pero antes iba con mi señora y
ella me comentaba las jugadas; vos sabés que a mí me gustó siempre mucho el
Fútbol de Salón.
Pero también
escucho los partidos por la radio, por ejemplo ahora cuando se jugaron los
encuentros del Mundial de Fútbol de Salón yo también los seguía.
Y
te imaginabas las jugadas.
Si, escucho el relato y me imagino las jugadas.
¡Todos
tus amigos te apoyaron, algunos se hicieron a un lado?
Hay amigos que
son fieles y otros que me dieron la espalda, es como siempre, hay buenos y
malos amigos.
No se por qué,
pero algunos se alejaron y no me volvieron a hablar. Quizás les de vergüenza o
algo así.
Los amigos de
siempre, siempre están.
Hace
poco recordaba el Campeonato Nacional de Clubes que Tolhuin jugó en San Juan
que yo cubrí. Ese torneo vos también o jugaste.
Si, jugué el
último partido frente a Mendoza; y a ese torneo lo recuerdo como algo especial,
no sólo porque fue el último campeonato importante que jugué sino también
porque allí había un grupo humano especial.
La pasamos muy
bien porque el grupo de gente que fue eran sensacional.. esos son lindos
recuerdos.
La
vida diaria
¿Cómo
es un día en tu vida?
Un día en mi
vida es levantarme temprano, salir para ir a trabajar y después dirigirme a la
escuela y luego volver a mi casa. No hay
nada especial. Cuando los días están lindos salimos con mi señora a caminar,
escuchar televisión o música, o dormir y así volver a trabajar.
¿Es
complicado el trabajo que hacés?
Al principio me
costaba un poco, pero la mes y medio ya le empecé a tomar la mano y no se hizo
tan complicado.
Además le tengo
que agradecer muchísimo a la gente que trabaja conmigo porque me ayudaron un
montón.
¿Alguna
vez te preguntaste por qué te pasó esto a vos?
Sí, uno a veces
se lo pregunta, pero creo que el destino lo quiso así y no hay nada que
hacerle.
¿Qué
le dirías a la gente que tenga algún tipo de discapacidad?
Que hay que
seguir adelante a pesar de todo, no tirarse a morir porque a la vida hay que
vivirla como viene; con cualquier problema hay que seguir adelante.
“El
trabajo me cambió todo”
El próximo 31 se
cumplirán seis meses que Juan ingresó a trabajar a la Municipalidad como
telefonista.
El desarrolla
sus tareas diarias en la central telefónica y desde allí maneja “la botonera”
consiguiendo las llamadas que le solicitan los empleados comunales y recibiendo
las que llegan al edificio municipal.
Para todo el
mundo tener un trabajo es vital, no sólo para subsistir sino también para
realizarse como persona. En este caso la necesidad de Juan Cárdenas va mucho
más allá porque además las personas
discapacitadas se tienen que sentir útiles: a muchos la vida le pone trabas
pero de igual manera hay que continuar diariamente la dura lucha de seguir
construyendo una sociedad que merezca ser vivida.
Pero el
entrevistado de hoy no sólo recordó los viejos tiempos donde todo era una gran
angustia, sino también momentos que sirvieron para que todo comenzara a
cambiar.
“Un día fuimos
con mi mamá a hablarle a la señora del Intendente, ella me dijo que existía la
posibilidad de entrar a trabajar y gracias a Dios cumplieron y me dieron el
trabajo. Por eso yo le tengo que agradecer mucho a ellos porque hay pocas
personas que hacen eso”.
“Soy consciente
–agregó- que no todo el mundo le da trabajo a un discapacitado”.
Nuestro
entrevistado recordó que luego de haberle prometido el puesto “me dijeron que
tenía que comenzar a estudiar, a rehabilitarme y bueno… comencé a estudiar y al
mes entré a trabajar a la Municipalidad”.
Juan Cárdenas
también se refirió a lo que vive a diario en su puesto de trabajo.
Especialmente con sus compañeros de tareas “que
son excelentes”, remarcó.
“Mi vida cambió
muchísimo a partir de este trabajo porque te sentís muy bien, ya no tengo que
estar encerrado todo el día en mi casa; además me siento útil a la sociedad”.
¿Qué
hacés en la escuela?
Empecé con
orientación y movilidad y luego seguí para aprender el Sistema Braile, para
leer y escribir y hasta el momento me desempeño muy bien.
Cuesta bastante,
pero no es imposible.
Post
scriptum:
No
comunicamos con Elba diciéndole de nuestra intención de volver a publicar este
reportaje. Estaban llegando a su destino de verano. A esta historia se sumaron
dos hijos: uno de 18 -Juan Pablo- y otra de 8 –Camila Celeste. El primero ha
sido conductor del auto en esta salida distante. Elba es operaria metalúrgica.
El
Autor: Daniel Puebla, destacado periodista en su medio radial, se desempeño
como cronista en los primeros tiempos de El Sureño. A las temáticas policiales
que abarcaba entonces, además de su pasión por los deportes, se sumaban
entregas de profundo contenido social como la que recuperamos en la presente
entrega.
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