El pasado 13 de
diciembre en Facebook hicimos una convocatoria que recibió numerosas
respuestas: el tema era recordar en el Día del Petróleo Nacional a personas que
hayan tenido un desempeño laboral en la actividad, aquí en la Tierra del Fuego.
Los nombres se
multiplicaron: era el recuerdo de los compañeros, de los familiares.
Pero en la
enumeración no tardaron de aparecer los sobrenombres, como una costumbre que
cobró identidad en este sur.
Hemos registrados
buena parte de los que fueron escritos, y aparecen en un primer término
aquellos que tal vez trajeron los involucrados desde su casa. Vean el caso de: Jorge Salcedo –Toto; EL Beto Córdoba;
Alberto Beto Canesa, Chicho Rogel, Pelusa Díaz, Chiche Fernández, El Chepo Cárdenas, Cacho Galetti, Marcelo Gutiérrez, Laito, Irene Porota Tello, Kitty Herzog, Choty Martinic, y Papito Ojeda.., aquel inolvidable mecánico y
músico en circunstancias eventuales.
Algunos trajeron
su sobrenombre de otro lugar, el caso de Félix
Martínez, hombre de Diadema –localidad próxima a Comodoro Rivadavia- dónde
se lo llamó Coliseo, por el cine de
la capital del petróleo que todos los días cambiaba de programa; en tanto que
aquí y en el ambiente automovilístico va a ser más conocido como el Perro, tal vez porque se muestra hostil,
aunque no lo es.
Ya que andamos
cerca miremos algunos sobrenombre que aluden a animales, son los que han
identificado en su momento a Coruro
Guerrero, El Pato Antonio García, El Tigre, Guillermet (Elogio para un
administrador), La Guanaca Menéndez,
El Ganso Gómez, Pato Contreras ,Conejo Riquelme, El Gallo Castellano, El Loro
Suárez con su hermano de origen vegetal conocido como Calafate.
Calafate que no fue conocido así por lo
pinchudo, sino por lo oscuro, como lo fueron en otro tiempo El Negro Arguello, y Chocolate Gómez.
Pero volvamos
sobre otra denominación de característica animalezca, aunque es la denominación
común con la que en muchos lugares se identifica al que tiene conductas de
mando, ellos son las Chanchas, y hay de varios pelajes en el mundo petrolero
que recordamos: Chancha Blanca Ortiz, y
su hermano Chancha Negra., Chancha argentina Vergara (lo recordó su hijo Nino)
y La Chancha chilena.
El Negro Ortiz, de insistente prédica por
el folklore nacional y regional, fue también conocido como Coirón, agreste pero vital componente de nuestras espetas sureñas:
Néstor Ortiz.
Vamos a aquellos
cuyos sobrenombres parecían responder a características físicas: El Colorado Canesa, Emilio Huevo Hernández, José
Sergio Gutierrez, Cortito, Concha de Burra Gallardo, Cabezon Aguirre.
Y nos vamos
quedando con algunos más difíciles de clasificar:, como estos que suenas
bonito: Kuriaki Ojeda, Piturreque Alvarado Mario Cachirilo
Oyarzún, Pomelo. Jorge Fuentes, Sopita Garay y Alfredo Churreto Muñoz.., tal vez el más
sonoro de todos.
Por su entereza
no hubo otro como José María Cárdenas,
Machito
En tanto que
hubo algunos que ganaron su apodo por las “actividades” que desarrollaron,
algunas inusuales: Pica la piedra, Godoy, Compra Bueyes Navarro, Anibal Andrade,
Trascavator que se ufanaba de haber manejado la primera retroexcavadora que
llevó a la isla (en la foto en casa de Ramón Papito Ojeda).
Por su nombre ya
se sabe el origen de El Tano
Mangialavori. En tanto que su perfil le hizo merecedor a Marcelo Figueroa del
apodo de La bruja, aunque también
existía La brujita Alvarado.
Por su decir
estaba El Che Ramón Igarzabal.
Y en medio de la
humareda de recuerdos no se olvidaron de Cachimba García.
Se nos fueron
quedando para el final algunos nombres de motivadores significados pero sobre
los cuales no se personificó su pertenencia con nombres o apellidos: Pico de lata No te huele, El soldador, Pico ciego, El
mosco y El feo.
Me contaron por
ahí, que en el caso de YPF, algunos de estos sobrenombres figuraban con lápiz en
el legajo.
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