El Ingeniero rumano, propietario de las concesiones auríferas en el norte fueguino, había sostenido una polémica continua con los primeros gobernadores del Territorio: Félix Paz y Mario Cornero.
Los enfrentamientos se basaban –a criterio
de los historiadores del tema- en la desaprobación dada por el gobernante a los
proyectos de colonización del empresario.
No obstante ello, luego de publicada la
memoria del gobernador, Popper desató las críticas a través de la prensa.
El fallo absolutorio dado en la fecha
comprendía acusaciones vagas: malversación de fondos públicos, presentación de
informes falsos al ministerio, hospitalidad del gobernador a malhechores, y
haber buscado oro por medios “indecorosos”.
Se estimaba que el gobierno debía reaccionar
ante un pronunciamiento de la justicia que no quedaba del lado de su
representante en la gobernación más austral; pero por entonces se encontraba
comisionado para realizar una inspección in situ el teniente de navío Carlos Beccar, y su
informe no podía demorarse.
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