Ushuaia se
sorprendió con un día maravilloso.
Por entonces no era
mucha la gente que partía al norte pero los que lo hacían veían en el
termómetro un anticipo de lo que anhelaban.
Los chicos se
volcaron a la calle, y los adolescentes comenzaron a caminar por San Martín y
Maipú que de pronto parecían peatonales.
En las puertas de
los negocios atendían a la feliz realidad del día los empleados mercantiles. Se
mezclaban con los patrones.
Los empleados de la
Casa de Gobierno –que por entonces no entraban tan temprano- salieron con sus
familias o sus amigos, y algunos con sus autos se fueron al parque nacional
mientras se veía en el trayecto los que se animaban descalzos en el agua.
Pero de pronto se
acercaba la hora de entrar a trabajar, el desesperado momento de sumirse en el
opado ámbito de las oficinas.
Entonces llegó la
orden: se daba asueto a la administración pública territorial, en vista a la
inusual marca del termómetro.
En la radio, donde
se leyó con insistencia el comunicado se anunciaba a la vez que ha estaban por
encima de los 24 grados.
El personal de la
emisora lamentaba no poder disfrutar del día, pero hizo lo suyo: comenzó a
difundir música bailable para la acompañar la alegría de la gente.
Eran de los pocos -junto a los militares que eran muchos- que seguirían trabajando sin alteraciones durante la jorada.
Todo siguió así
hasta que apareció la primera nube, pero entonces el sol declinaba esplendoroso
como sólo suele hacerlo en la Ushuaia de siempre.
Dicen que el gobernador
también salió y se mojó los pies descalzos sobre la costa. Otros recordaron que
estaba personalmente anunciando a la gente que volvía de Lapataia que no lo
hicieran, que no se abrían las oficinas territoriales, que el día era una
fiesta.
Después se pensó una
justificación para la inasistencia. La gente por el clima se había amigado con
la vida.
Puede que haya sido
después de una conversación con el incipiente gremialismo de entonces, y
después se dispuso –antedatando el decreto- que la fecha sería el Día del
Empleado Público de la Provincia de Tierra del Fuego.
¿Verdad o leyenda?
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