Era La Caldera...
Recuerdan quienes vivían aquí..
Alguién le puso de nombre "La Caldera del Diablo".
En su demolición quedaron vestigios de cueros de zorro que alguien acumuló.
Y se acumulaban ladrillos que prometían un tiempo mejor.
Algo que fue en un momento, elemento de trabajo.
Entre un somier, largamente oxidado.
Y la lana que no se llegó a escarmenar.
La cama turca, media deshecha, que tal vez alguien quiso llevar.
y el vacío que dejó tranquilidad entre el vecindario.
La casa había sufrido un incendio, lo que llevó a la modificación de su fachada (Foto Tiempo Fueguino).
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