LRA 24 Y SUS CINCUENTA AÑOS.32. El tango y sus programas.

 



No siempre hubo programas específicos dedicados a la canción ciudadana. Incluso podemos decir que el mismo término eufemístico comenzó a desaparecer ni bien desde alguna jefatura se advirtió que dividir la folklórico y los ciudadano no tenía estricta razón de ser, puesto que no había que pensar que Buenos Aires era la única ciudad, y que más bien los años dorados de esta expresión musical hicieron que se dieran interpretaciones por fuera de geografía de la capital de los argentinos.

Los primeros años había un sinnúmero de programa musicales, y en cuanto a lo foklclórico parecía excluir compartir espacios con el 2 x 4, y ni que decir que Piazzolla era resistido, pudiendo llegar a convivir más fácilmente con el jazz, o las orquestas instrumentales.

Venimos a recordar que entre las singularidades la producción de la radio encarpetaba tarjetas sobre el género, y en algunos casos escapando a la medida tradicional. Así estaba por ejemplo TANGOS POR EL MUNDO, donde podían aparecer tangos por fuera de la orquesta típica, Luis Armstrong, Nat King Cole, Los Panchos, los Cavá Bengal o los Tangoleros.

Los discos de tango tenían cierta erudición que se incrementaba con el tiempo, traían información detallada de los integrantes de cada agrupación musical, las fechas de grabación, etc. El locutor con ese material en la mano parecía ser una eminencia intelectual como no ocurría con otras manifestaciones musicales.

Con los años incluyeron contenidos que se intercalaban a la música, y eso se dio con Perfiles Porteños, donde Lucho Torres –Luis Francisco- se daba media hora antes del Hola ché, llevando y trayendo de su casa un libro sin tapas de cuyo autor nunca llegamos a tener noticias y que recibiera a préstamo de sus tíos Legunda/Gallardo.

Cuándo la tarea de Lucho  se complejizó apareció el momento en que Carlos Gaspar Cuffia se hizo cargo del programa. Fue escribiendo en un cuaderno el número de LP del género, y la identificación de los intérpretes. Por otro lado –cuando la computación facilitó las tareas- un ordenamiento alfabético donde se encontraban ordenados intérpretes y temas individualmente. Así le resultaba más fácil hacer media hora con Fresedo, o variadas versiones de El día que me quieras.

Estaban a disposición de esta tarea los dos tomos de la Historia del Tango de Horacio Ferrer.

Carlos había llegado a la radio acompañando a Gonzalo Castillo en su programa semanal, luego de una primera entrada como integrante de una de las primeras agrupaciones  colares de Guillermo Canizo.

Su puesta a punto de Por las veredas del tango se vio acompañada en tiempo cuando se hizo cargo de algunos turnos, era locutor contratado, o el manejo de la publicidad, al programa se lo podía escuchar de a viernes después de las noticias de la hora 14.

Era un chico grande, Cuffia, y entonces se sabía que alguien con más de 35 años no tenía posibilidad de ingresar, puesto que se preveía que a los 65 años se tendría que jubilar, y con treinta años de servicio. Tuvo la posibilidad de continuar con sus tareas de comunicador en Canal 13 donde no existían estas dificultades.


Y cerramos esta relación con un recuerdo para Carlos Martín Benz, quien tuvo una hora semanal de tango que traía grabado en cassette desde su casa: Hablando de tango. A poco de encarar la tarea fue reconocido como integrante de la Academia Nacional del Tango. Carlos se desempeñaba como docente de panadería en el CAAD, y así lo mostramos en medio de esa otra tarea suya.




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