RICARDO ROJAS en nuestro ARCHIPIÉLAGO.


 Aclaremos que nuestro islario se hace suyo desde su confinamiento austral producto de su identidad radical, y vinculado por la dictradura de Uriburu como merecedor de tal distanciamiento.

Su permanencia en la capital del Territorio de Tierra del fuego se da junto a otros correligionarios que al igual que el despertarían interés por mostrar las singularidades de este espacio austral, constituyéndose en un protagonista de inquietudes que de forma seriada primero, y estructurada como un ensayo después, forma parte de una de las obras fueguinas destacadas por el primordial rol que tendría Rojas, hombre del parnaso literario durante décadas.

Tal vez, para el menos informado, podríamos señalar su autoría sobre El santo de la espada, la más que difundida biografía sobre el General San Martín.

Acompaña a esta referencia un escrito peridístico patagónico que alumbra sobre el interés despertado por la obra, a fines de esa década de su forzada permanencia fueguina. La voz del pueblo se imprimía en Puerto Santa Cruz y a puesto a nuestra vista Antonio Perich, obra de los que saben sobre nuestro sur.


Y para los que quieran saber mucho más se entregamos esta signatura, correspondiente a un ensayo de Alejandra Mailhe. Así los imagino a ustedes sumergidos en el mundo fueguino bajo el prisma de Rojas . Alguien que seguramente es algo más que una calle.

https://www.unse.edu.ar/trabajoysociedad/33%20MAILHE%20ALEJANDRA%20Ricardo%20Rojas.pdf

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