HOJAS DE VIDA. Braulio Maldonado. ¡Gente laboriosa se necesita en el planeta tierra!

Lo visitamos en su lugar de trabajo hacía ya 32 años.

Primero había sido para Berlín, después para Raful, y finalmente como puesto 21 de Estancia San Julio.

Formaba parte de inventario del establecimiento y aquella mañana al acercarnos en el Niva se iba sintiendo cada vez más fuerte el ruido de una motosierra. Raúl Bolonia se había acercado del casco con la intención de ir cortándole en tacos la leña que le serviría para cuando llegara el invierno.

Más tarde llegó, tenía un par de horas para atendernos y después volvería a trabajar: -¡Tenemos miles de años para descansar, para que vamos a descansar ahora!

La noticia tardó en llegarme algo más de un año, un paisano llegó a colocar un mensaje a la radio, y conversaba y conversaba, no se quería ir, entonces recordó que quien quería conocerme era el hombre que había construido mi cuna.

¡Mi cuna! Celeste, siempre bien pintada, esmero de mi padre, que no se pudo traer cuando encaramos el regreso a Tierra del Fuego. Mi cuna.., que por otra parte ya me había quedado chica y solo era el receptáculo para que desde allí, tras los barrotes, observaran Pancho Mono y Marilú. El primero usaba una camiseta del Colo Colo, y era de paño marrón, la segunda era rubia, de paño lency,  tenía colores argentinos y bajo su amplia pollera podía encerrar el camisón de mi madre.

La cuna quedó para el nieto de una tía que constituía la primera escala en el relevo generacional de muchas cosas dispersas en las distintas casas de la familia, pero antes de darle ese destino se le sacaron las rueditas metálicas, esféricas de bronce y acero. Las que por muchos años permanecieron en los cajones de la Singer.

Era hora de la merienda, y mientras hablábamos y hablábamos, preparara para acompañar el café con leche seis huevos fritos por persona.

A la mesa se sumó el capataz, después de desensillarle el caballo al puestero, poniendo en evidencia que el que mandaba no era el jefe, sino el que había enseñado la mayor parte de lo que sabía al muchachito.

Los caballos eran propiedad del establecimiento, con anterioridad Braulio había conseguido sumar 18 cabalgaduras a su patrimonio, pero en una urgencia para adelantar la tarea de terminar la casa para la familia en el pueblo terminó vendiéndoselo en lote a Elías Tomas.

-¡Gente laboriosa se necesita en el planeta tierra!

Esa misión es la que se había impuesto desde su llegada de Chile el 28 de septiembre de 1941.

Unos días nomás se alojó de pensionista en casa de Filomena Chacón, la Torera, allí lo fueron a buscar para sumarse a una esquila de ojos, más tarde trabajó con bueyes.

Allí llegado peludeando esperando el momento en que se iniciaran las actividades del campo y de ese tiempo conservaba memoria sobre, Néstor Mansilla, con quien no era ni pariente ni paisano, Julio Cesar, Juan Guerrero, los nombres de los que se fueron quedando. Entre ellos Coyuya Soto, el tío de la Leda, recordando también a la Leda misma a la que de pequeña había tenido en sus brazos.

Había nacido en Tenaún, el 8 de junio de 1932, el día de San Cipiriano y se sentía contagiado de la tradición de ese hombre dedicado a los “artes” pero sobre el cual algún antecedente posó para que se lo sacara del santoral católico. No obstante ello Braulio le prendía velas el día de su cumpleaños como una manda indispensable.

Su puesto estaba ordenados, la cama tenía frazadas y quillango, sábanas y almohadas como para armar comodidades para un pasajero.

Ordenadamente, pero vaya a saber bajo qué criterio, se veían publicaciones de las más diversas.

Y daba pruebas de haberlas leído a todas.

Contaba detalles de la batallas de Ardenas, del desembarco de Normandía, y cuando le pregunté donde había aprendido todo eso me señaló que todo se lo debía a la radio, donde siguió la transmisión radial de todo lo que iba pasando.

Tenía una forma de hablar española, tal vez remedo de los locutores de las ondas cortas, y hacía continuas invocaciones a Jeová, como si estuviera en un reciente proceso de conversión.

Entonces comenzó a tomarme exámen: Qué si sabía el porqué nuestro país se llamaba Argentina.

Que quienes habían sido los grandes tokis araucanos. Explicándole al toque lo que yo sabía de Caupolicán, Lautaro, Galvanino. Hizo silencio mientras el viento comenzaba a arreciar como pidiéndome que me fuera. –¿Pero usted no sabe nada de Michimalongo?  Me interpeló mencionando mi título: -¡Profesor!

Y allí comenzó a dar cuentas de ese ancestral prócer trasandino. Era la primera vez que sabía de él.

Ahora que he venido a recordarlo me apoyo en internet para volver a escucharlo, todo lo que he estado leyendo ya lo sabía por él, en sus mínimos detalles, y pensé cuanto habría disfrutado si  habría llegado a conocer estas modernas tecnologías.



PAPELES PERONISTAS.2. EL SEGUNDO PLAN QUINQUENAL EN RÍO GRANDE.

 


El cine General Roca de Río Grande se veía colmado por una concurrenia que tal vez no fuera muy diferente de la que semanalmente concurría a este perciado espacio recreativo, pero esta vez lo hacía con una atitud diferente, respaldar el proyecto nacional representado por el general perón, en los alboes de la vida política en la Tierra del Fuego.

Con antelación a estos hechos el 5 de abril de 1951 se leía en el número 35 del Informativo Fueguino:

PROYECTA EL P.E. EL 2do. PLAN QUINQUENAL.
SU LEMA SERA "PERÓN QUIERE SABER LO QUE SU PUEBLO NECESITA"
PRESIDIDA POR EL SEÑOR SUB SECRETARIO DEL MINISTERIO DE ASUNTOS TECNICOS DON ENRIQUE OLMEDO, NOS VISITO UNA COMISION DE TECNICOS, FUNCIONARIOS Y PERIODISTAS.
A tales efectos de la coordinación con las autoridades del Territorio en la preparación del 2do. Plan Quinquenal, iniciativa de S. E. el señor Presídante de la República General de Ejército Juan D. Perón, el que llevará como lema: “Perón quiere saber , lo que su pueblo necesita”, llegaron a Ushuaia en un avión de la Fuerza Aérea Argentina que estaba integrada por las siguientes personas:
Ing. Roberto Dupeyron, Director General de Planificación, Ing. Alberto A. Salvay, Ing. Manuel Sallovitz, Dr. Adolfo Cóscia, señores José Soane, Eduardo Pomparán, Ernesto Giachetti.
A su arribo eran esperados en la Estación Aeronaval por el Jefe de la Base Naval Ushuaia, Capitán de Corbeta Marcelo A. M. Elías, interinamente a cargo de la Gobernación Marítima, el señor Director de Administración Civil Interino y Jefe de Abastecimiento Capitán de Corbeta Contador Jorge Dillón, Jefes y Oficiales de la Armada, funcionarlos de la Administración Civil de la Gobernación Marítima, Jefes de las Reparticiones Nacionales con Delegación en Tierra del Fuego, representantes comunales del Territorio y representantes de la 
Producción Industrial.

Siguiendo al plan trazado a los efectos de hacer conocer a los ilustres visitantes las necesidades de la zona y con el fin de lograr de los mismos una apreciación real da los problemas cuya solución es empeñosamente seguida por S. E. el señor Gobernador Marítimo Capitán de Navío Guillermo Carro Cattáneo fueron visitadas las obras en ejecución y los distintos lugares donde es necesario realizar trabajos como también se plantearon los distintos problemas que al incluirse en el proyectó del 2do. Plan Quinquenal traerán al territorio soluciones cuya importancia redundará en beneficio y racional plan de Obras cuya; importancia es obvio destacar.
El viernes 30 de marzo ppdo. se realizo en la casa de Gobierno una reunión en la que quedaron aclarados diversos puntos que serán Incluidos en el plan y se resolvieron cuestiones, de forma con el fin de lograr una perfecta armonía en todo cuanto se relacione con la presentación del trabajo coordinado por las autoridades del Territorio.
No queremos dejar de hacer resaltar la importancia que tiene para la Gobernación Marítima de la Tierra del Fuego la inclusión de sus necesidades en forma integral en el plan de referencia que abarcará el quinquenio 1952/1957 ya que serán contempladas la casi totalidad de sus necesidades, en obras, cuya realización serán de indudable beneficio para todos por cuanto se considera necesario para afianzar el progreso de este alejado y hermoso rincón de la Patria.
La Comisión que nos honró con su visita partió para Río Grande el sábado 31 y fue despedida en la Estación Aeronaval por las autoridades.

El acto del Cine local fue el 18 de abril de 1953.

NADIA FINK y la Ciudad de Río Grande.

 



Como una campana que tañe en la noche de los tiempos, hay una búsqueda que ya deja de ser reciente y que repercute entre los que miran el ayer de nuestro lugar: es la tesis doctoral identificada como “La producción de espacio residencial en el proceso de expansión urbano-territorial de Río Grande (Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur) entre los siglos XIX-XX), con la que Nadia Fink avanzó desde la sociología a la geografía en el meduloso escenario de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.

Hijo menor de esa investigación es la publicación que se ha logrado en la revista Magallania, en Punta Arenas, esta la becaria del CONICET, la UNTDF –en donde se desempeña como docente- y la una beca postdoctoral, da a luz un trabajo que está citado como Ciudad de Río Grande (Argentina) o la disputa territorial por la desembocadura de un río isleño (1881-1926); escalón que comprende su mirada sobre las circunstancias vividas entre la firma de los acuerdos demarcatorios de límites entre Chile y Argentina, y la delimitación del espacio público urbano en la temprana vida de nuestra comunidad.

El Abstract de esta publicación que ha logrado un versión final el pasado 7 de junio nos dice que: El origen de las ciudades fueguinas argentinas suele vincularse a hechos puntuales o asociados a actos oficiales, como, por ejemplo, los decretos estatales de fundación. Sin embargo, otra perspectiva para comprender el surgimiento de los centros urbano isleños es recuperar danámicas y actores desde un enfoque centrado en los procesos y prácticas territorial. En este trabajo se propone revisar el surgimiento de la ciudad de Río Grande desde la perspectiva de las lógicas y actores territoriales. En esa línea se identifican cuatro acores, Selk’nam, misional, estatal y estanciero, cuyos usos, apropiaciones y dominaciones (territorialidades) se pusieron en juego en un área geofráfica especifica cómo es la desembocadura del río Grande en el noreste de la Isla Grande de la Tierra del Fuego (lado argentino)”. Ya con esta presentación que desborda nuestra simple curiosidad y nos exige adentrando en las profundas aguas a las que un enfoque teórico-metodológico cualitativo que nos lleva por la consulta hecha por Fink en las extensas fuentes documentales que ordenaron su investigación.

La Territorialidad selk’nam nos lleva a los tiempos en que este lugar era ordenado a partir de un espacio mítico, donde la tierra fue distribuida  a partir de los cielos, donde el río era la separación del universo norte-sur de estos pueblos originarios. Abundante en citas de los distintos escritos que desde la experiencias o la ciencia ham desarrollado el tema, se incorpora al saber promedio que podemos tener en la materia el conocimiento emanado  por firmas a ponderar, como es el caso de Oteiza y su reciente elaboración de Los caminos en Fuegopatagonia. Una encrucijada entre territorio y cartografía.

Y atados a esta última palabra encontramos la construcción de los manejos del espacio  concentrado en un Croquis Territorial Sel´nam salesiano y estanciero de la desembocadura del río Grande, por 1917¸un fragmento de la mensura de los lotes circundantes al propiamente conocido como el 41, sobre el cual se levantaría nuestro centro urbano; el plano de la mensura de 1926 –fecha que limita el desarrollo del tema del artículo-, y la planta urbana actual, más el croquis policial de Río Grande datado en 1924 en tramites del ministerio del interior, es decir levemente posterior a la creación de la colonia agrícola (1921).

Al ritmo de nuestra lectura debemos señalar que al llegar a la Emergencia de nuevas territoriedades en contexto, me he visto compelido a repasar nuestra mirada en razón de considerar a esta parte de la exposición investigativa como altamente destacable para la compresión de la búsqueda de la autora. Es que así se cuenta como si bien las acciones misionales, estancieras y estatales se dan por concretadas recien al cobrar ingerencia en nuestra geografía el Estado nacional argentino; hay una situación de autonomías dadas en parte por la lejanía de los centros de proyección gubernamental, y a la dinámica propia de un proceso de incorporación de estas áreas a las urgencias de explotación por parte de los intereses propios del liberalismo extractivista  -aquí estos conceptos son míos a la hora de logar una síntesis- , con el relato de los viajeros, los exploradores y la explotación ovina del lugar, en un lugar situado al borde el país y del mundo conocido, y con un epicentro sustancial dado por Punta Arenas, su liberalidad y su conectividad en tiempos de las grandes navegaciones comerciales anteriores del Canal de Panamá.

En esta situación aparece la Territorialidad misional, cuando al menos en los papeles ya se estaba  gestando desde afuera de la comarca la apropiación de la tierra circundante a la desembocadura del gran río. Es cuando los salesianos plantean su modelo reduccional, tanto en el sector chileno como en el argentino, dando vida al norte del curso hidrográfico demarcatorio de la las grandes estepas a la misión de Nuestra Señora de La Candelaria, pensada a la vez como un centro de espiritualidad pero también de productividad estancieril. Entonces aparece la idea de una territorialidad “multiescalar”.

Ciudad de Río Grande nos va adentrando paulatinamente en un léxico nuevo para compendiar las realidades comprendidas por el lector iniciado en las temáticas del sur, señalando para el caso que no sería fácil que alguien tuviera como primera lectura de esta realidad al avanzado ensayo de Fink.

Se va describiendo las circunstancias que movilizan la presencia salesiana, hasta que llegado el momento de la “ausencia de misionandos” se sale a buscarlos en los espacios sureños, con misiones volantes por río Fuego, y lago Khami –hoy Fagnano. Es cuando desde la congregación arreciaban críticas hacia la policía territorial –he aquí el estado- como que estaba subordinada a los estancieros, en un marco de relaciones donde los indígenas pasaron a ser “un problema”.

Productos de la interrupción de las relaciones entre el Estado argentino y la Santa sede es que desde el comienzo se ve afectada la posibilidad de tener acceso a la propiedad de la tierra, que aparece no a nombre de la Pía Sociedad sinó de algunos de sus integrantes. Esta situación irá demorando lo que finalmente fue una situación inexorable: la traslación de dominio de los bienes pecuarios a los grandes empresarios magallánicos.

Tras este largo enfoque aparecen en situación complementaria dos capítulos a los que se identifica como La territorialidad estatal y la  territorialidad estanciera con lo que se llega al Surgimiento de Río Grande ciudad, y aquí se presenta el devenir desde el momento en que se vió la necesidad de generar un contrapuerto argentino al ya pujante Porvenir, en el sector chilenos de la Isla Grande, pensado como un embudo colector de producción hacia la absorbente capital magallánica.

Aquí se ve confrontar los proyectos encontrados en la esfera gubernamental, donde no siempre lo propuesto desde la gobernación –poder delegado- eran coincidentes con lo que finalmente aprobaba Buenos Aires y su poder delegante. El análisis de Fink se enriquece con el tratamiento menudo de dos informes uno dado en 1919 y otro en 1926, donde el Capitán de Fragata Juan Ezquerra, y el inspector de tierra, Alfredo Recke dan noticias sobre las problemáticas del sector rural disperso que exigían la presencia de un espacio urbano. De allí las mensuras, las 98 manzanas y sus quintas, la articulación de la vida riograndense en dependencia de tareas estacionales en el ámbito rural, y una comunicación portuaria deficiente.              

En sus Consideraciones finales: repensar los relatos de origen urbano Nadia Fink levanta un trampolín para futuras investigaciones con un relato que –lógicamente queridos lectores- no vamos a spoliar.

Solo diremos como relación final de nuestra presentación que de la lectura de la bibliografía de este trabajo emerge una reflexión; ¡cuántas obras tenemos para consultar! Nadia Fink ya lo ha hecho. 

LOS PUENTES DE LA MEMORIA. “Muy pocas veces he tomado un arma en mi mano, pero nunca una que me confesara su trayectoria de vida y de muerte” (*)

 

Don Hernán Cortés nos recibió en su casa de Temperley después de haber conversado con él en varias oportunidades sobre la vida de su abuelo. Queríamos saber algo más del destino de quien fuera altamente ponderado en los escritos de Juan Esteban Belza: Don Ramón Lucio Cortés. Hasta ese momento sólo habíamos tropezado con dificultades: sabíamos por los libros de la serie “En la isla de fuego” que su fallecimiento se había producido en Banfield el 17 de octubre de 1948, y con este dado concurrimos al cementerio de Lomas de Zamora: para encontrar la tumba primero, y luego los parientes que estarían a cargo de ella. Pero en Lomas no estaba sepultado. Ni en Remedios de Escalada, ni en Lanús. El diario La Unión no nos aportó noticias sobre el deceso de nuestro hombre, pese a que consultamos unos tres meses de aquel año, distrayéndonos con los anuncios que hablaban –el 27 de octubre de 1948-, en que el vapor Génova llegaba a Ushuaia la migración italiana.

 

Sabíamos que Ramón Lucio Cortes había sido Presidente del Concejo Deliberante de Lomas, y a su municipio fuimos ingresando por la Oficina de Prensa. Allí Danilo Manzini –el admirado cronista de internacionales de la Opinión- y Tito Medina me orientaron hacia la Subsecretaría de Gobierno; allí se me informó que tras el golpe del ’66 un coronel mandó a quemar archivos y entre los detalles rescatados aparecían los periodos en que nuestro hombre había sido concejal y algo más importante: Secretario de Obras Públicas. Digo más importante puesto que el edificio municipal, del que ese partido se enorgullece, fue construido durante su gestión: es un edificio que se muestra aún hoy holgado para dar cabida a los 3000 empleados que tiene esa comuna de 600.000 almas.

Hernán Cortés, hijo del ushuaiense Hernán Cortés, hijo a su vez de Ramón Lucio trabajaba allí cerca: era el administrador del Colegio “Presbítero Saenz”, que depende del obispado. Hernán había sido Secretario de Gobierno durante el proceso.

 

Por el supe que no era correcta la fecha que da Belza del deceso del abuelo, que la apasionante personalidad de este político conservador que antes fue Jefe Policial y del Presidio de Tierra del Fuego, en realidad... había muerto en 1958.

 

Pude juntarme así con documentación que considera interesante para perfilar su vida, incluso más allá de la experiencia fueguina.

 

Cortés nieto lamentaba la pérdida de la documentación de su antepasado, es la que Belza presenta en sus escritos, entre ella la libreta de apuntes personales sobre su incursiones en la Isla Grande. El Presidente del Instituto de Investigaciones Históricas Tierra del Fuego conservó la documentación y a su muerte, que estuvo precedida de una prolongada dolencia que limitó su conciencia, nada pudo hacerse para recuperar –la familia- los papeles del abuelo.

Quedé con Cortés en hacer de intermediario para averiguar si entre la anunciada donación de todos los bienes culturales que fueran del Instituto al Museo del Fin del Mundo, se encontraba la libreta que en Don Bosco 4002, solar de Almagro de los salesianos, nunca apareció, las consultas hechas telefónicamente a Pablo Zanola nos dieron respuestas negativas.

 

No obstante esto Hernán se siente halagado por el buen recuerdo del nombre del abuelo que existe en la nueva provincia, y tiene el porosito de trasladarse a Ushuaia para hacer entrega del arma que fuera de Ramón Lucio, y lo acompañara en toda su experiencia fueguina. Me acerco a una fotocopia de la carta que le cursara  el 11 de marzo de 1979 el Padre Belza, donde el previsión de la inauguración del Museo Territorial el 25 de mayo le sugería: “¡Qué bueno sería que aparecieran recuerdos de don Ramón L. Cortés! –y agregaba- “El gobierno fueguino recibe estas piezas en préstamo, custodio o donación, debidamente documentada”.

Le advertí a Hernán Cortés que el conocimiento de la existencia del arma, y de la intención de cederla, podría mover el celo de la institución policial sobre su custodia; en la misma conversación telefónica sostenida con Zanola éste me informó que ya todos los bienes históricos de la policía están en su esfera de competencia.

 

Y al fin: ¡aquí está el arma! Es una pistola Mauser con culatín en la que volqué mi curiosidad fotográfica para presentarla a todos ustedes. El estuche de madera que la encierra se inserta en la empuñadura y así se convierte en un pequeño fusil.

 

Con esta arma Ramón Lucio Cortés mató a Sekriot, a Capelo como le llamaban entonces, al Ona Guerrillero de la saga de Belza.



La fotos fueron tomadas sobre el piso de la casa de Herenán, menos la última de una réplica que se comercializa actualmente identificada como modelo C-96, señalando con ese número el año de su entrada a mercado -1896.

(*) El presente Rastro fue escrito en 1904 para su publicación en El Sureño.

 

PAPELES CINEMATOGRAFICOS 1948 11 01

 


En medio de la correspondecia recibida desde el Cine Coliseo aparece esta recibo, a sucesión de la carta de la empresa proveedora de elementos cinematográficos; es una constancia -que seguramente revestía de legalidad dada la existencia e uma estampilla fiscal- por el cual tomamos varias noticias.
Que el papel encuestión se ubica seis años después de la correspondencia comercial que venimos publicando.
Que para entonces ya existe el CINE GENERAL ROCA, inaugurado algún día del año 1946.
Que se paga a un ayudante operador la suma de $150.
Que el empleado en cuestión, allá por octubre de 1948, era Juan Zorjan. Un inmigarante yugoeslavo destinado a tener trascendencia en el tiempo por sus tareas de fotógrafo.
No tenemos presente que en las entrevistas reaizadas tuviera algún momento esta labor, pero aquí está la constancia de algo más de lo mucho que hizo.
Agregamos algo más: Una foto de sus últimos años en Tolhuin, viviendo él y su esposa una existencia bucólica, luego de experimentar un incendio que afectó su vivienda, y con ello sus bienes patrimoniales.

 


 

 





BARRIOS AUTORREFERENCIADOS, o el barrio donde tu vives.

 


Se nos ocurrió preguntar por Facebook como se llamaban los barrios donde vivían los amigos, apuntando sobre nuestro Río Grande.

Y tomando en cuenta las respuestas acomodamos el siguiente listado, que hemos ordenado alfabéticamente.

2 de abril.

25 de noviembre

102 viviendas Margen sur.

Aeroposta.

Aeropuerto.

Almafuerte.

Altos de la Perón.

Altos de Liniers.

AGP. Algunos identificaron como Administración General de Puertos.

Batalla Georgias del sur.

Bishop.

Buena vista.

Cabo peñas.

CAP

Casco viejo.

Chacra 2.  Donde aparece Barrio Jardín.

Chacra 4. Donde aparece el barrio Unión y Los pinares.

Chacra 13. Malvinas argentinas. Al que algunos llaman Islas Malvinas.

Chaparral.

Chocrón.

CGT

Comandante Robacio.

Danés.

De las aves.

Don Bosco. Dónde también se identificó que antes del golpe se llamó Juan José Valle.

Ecológico.

Federal.

Gaucho argentino.

Intevu 8.

Juan Manuel de Rosas.

Las barrancas.

La costa.

La flor.

Las latas.

La trucha.

La vega.

Los calafates.

Los pioneros.

Los productores.

Mutual. (Nadie puso YPF)

Patagonia

Piedrabuena.

Profesionales.

Reconquista

Rompehielos Almirante Irizar.

San Martín.

Textil.

Vapor Amadeo.

Advierto que faltan algunos muy conocidos e identificados por el conjunto de la población, pero bueno, puede ser que no tenga ningún amigo en esos barrios, o que no han querido participar.

Y así se despide de todos ustedes esta habitante del Casco viejo, que los recuerdas a este solar donde arrastramos la casa, en medio de La Vega.

El Casco viejo encierra el centro de la ciudad.

Pocos de los barrios tienen o han tenido alguna forma de representación.

Son 47 los barrios autorreferenciados por ustedes en septiembre de 2024.

La foto pertenece a la recopilación hecha por Mario CACHI Oyarzún.



PAPELES PERONISTAS 1973 03 05


 Falta pcasi dos meses para que en el pais vuelvan a haber elecciones. El verano está álgido, también la política de sur del mundo.

Lo papeles nos permitirán ir descubriendo los planateos de la hora, por ahora distinguimos protagonistas, por Río Grande Andrés Viqueira, presidente del Consejo Departamental Río Grande.

Por otro Miguel A.Torelli como Apoderado Partido Justicialista, al que le espera el sillón de intendente de Ushuaia en la inminante contienda.

Se habla de pases que facilitarán el desplazamiento interno de los representantes, y también de un esqueña de propaganda que pronto daremos a conocer.

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TESTIMONIOS PERIODISTICOS: Caly 100%(*)

 

Comencé en el diario Noticias en el año 1986, (su dueño era el Sr. Balanche) haciendo críticas humorísticas en contratapa. Recuerdo que la primera que dibujé tenía que ver con el tránsito, que en aquel entonces ya parecía una locura -tantos autos- y comparándolo con la actualidad era un lujo.

También hice algunos trabajos, durante el mismo año, para una publicación que se llamaba Gane de Mano, pero al poco tiempo desistí ya que era imposible cobrarle a la dueña.

Para Tribuna Provincial también hice algunas viñetas.

Del segundo semestre del ‘86 a fines del ‘87 hice el programa del Cine Roca. Recuerdo que en ese díptico poníamos todos los avances de las películas, e intercalaba algunas viñetas de humor todos los fines de semana.

Luego me conecté con la revista Tiempo Comunitario a través de Carlos María Ratier. Si mal no recuerdo su Director era Miguel Ángel Vítola. Así, trabajamos en equipo con Carlos María, en campañas de concientización y prevención.

De a poco fui incursionando en la parte de comunicación de los talleres culturales del Municipio, con los distintos profesores. En esa época –año ’87 en adelante- todavía se dibujaban artesanalmente los afiches, promoviendo los eventos que se generaban desde Cultura. Y lo que parecía, en principio, algo pasajero se convirtió en un área del municipio –de comunicación- donde se le daba respuesta a todas las campañas de las distintas Secretarias y Direcciones (Tránsito, Bromatología, Medicina preventiva, Prensa y difusión, Acción social, etc.)

Paralelamente a todo esto, comencé a insertarme en el diario Tiempo Fueguino con una viñeta diaria de humor, y poco tiempo después generé un suplemento semanal que se llamaba Criticomanía, donde se reflejaba la actualidad política desde mi óptica. Pasaron cientos de personajes por esos suplementos, ya que caricaturizaba a los políticos de turno, dándoles protagonismo en las viñetas humorísticas (recordemos que en ese entonces, la isla era Territorio Nacional y los que venían a ocupar cargos eran designados por el presidente de la Nación). Recuerdo un chiste en el que dibujé al querido Mingo Gutiérrez corriendo el auto de la interventora de ese momento, Matilde Menéndez, preguntándole por las vacaciones.

También dibujé caricaturas en un diario que tuvo pocas salidas -La República-. Creo que su dueño era Toti Vázquez, de la imprenta “Don Bosco”.

Colaboré también en el diario Provincia 23 , (Su dueño era Don Centurión) con viñetas diarias, y desarrollé un suplemento semanal que se llamaba Calynturas.

En el año 1994 hice viñetas para el diario El Sureño. Ese mismo año salió a la luz Jarana Fueguina.

 

Jarana Fueguina

Jarana fue un producto de mucho tiempo de trabajo arduo, pero no fue sólo un producto; fue una oportunidad de agrupar gente muy valiosa y de lograr una retroalimentación con la comunidad muy interesante.


Desde que llegué a la querida Tierra del Fuego tuve en mente hacer una revista de humor. Fue un desafío importante, ya que tenía que imponer un producto al cual la gente no estaba acostumbrada. Pude sacarlo a flote gracias al aporte de un grupo humano increíble, que escribió para la revista con mucho compromiso y que hizo que el contenido sea lo más fuerte.

Fue un logro importantísimo en mi vida, Jarana fue pionera en su estilo, ya que se caracterizaba por hacer críticas humorísticas muy particulares, involucrando a los personajes públicos en cada tira, y por la inclusión de artículos que no podrían caracterizarse fácilmente en su estilo porque lo único que tenían en común era la diversidad de miradas sobre cuestiones muy fueguinas y la calidad de sus autores –a quienes agradezco haberme enriquecido compartiendo experiencias de vida durante disparatadas, profesionales y etílicas reuniones de cierre de edición.

Una sección innovadora de la revista fue “Sin pelos en la lengua”, dedicada a entrevistas con políticos locales y provinciales que respondieron a preguntas serias y no tanto, aportando a que la gente los conozca un poco más en sus distintas facetas.

Otra que destacaba era “Esos locos bajitos”, en la que compartíamos a través de la historieta situaciones cotidianas que todos vivíamos con nuestros/as vástagos.

Novedoso también resultaba el locohoróscopo, versión hiperactualizada del horóscopo tradicional, coyuntural ciento por ciento.

Una sección muy esperada era el “Sex-symbol”, caricatura central desplegada a modo de póster, que caricaturizaba a alguna figura local, lo cual daba temor a algunos y tema social a muchas reuniones de amigos y familias – hasta generaba apuestas sobre el personaje que aparecería en el próximo número.

Importantes repercusiones tuvo la historieta “La chacra del primer mundo” que retrataba peripecias de convivencia en los barrios del IPV.

Los colaboradores permanentes (espero no olvidar a nadie) fueron: Pablo Rizzo (diagramación), Jorge Amena, Susana Zilberberg ( con seudónimo de Irene Mesac ), Pablo Mattész, Claudio Barbará (Iván Guillón), Alicia Nagel (Ly Young), Miguel A. Turco, y Oscar Domingo “Mingo” Gutiérrez.


(*) Carlos arrieta utiliza el pseudónimo Caly. Desde hace algunos años reside en Neuquen.

El escrito realizado por el dibujante y humorista fue a pedido nuestro para sumar antecedentes para que Arnoldo Canclini realizara su libro sobre El periodismo en Tierra del Fuego.

 

PAPELES CINEMATOGRÁFICOS 1942 03 15


 La correspondencia recibida por Manuel Arias, en fino papel copia, permite saber que por más de tres meses venía urgid por proveerse de elementos técicos para la proyección.

Y que también no abrán rebajas para su compra.

Sobre esto aspectos ya se había dado una consulta desde Comodoro tal vez por que las cartas enviadas desde Río Grande relataran una situación compleja para el normal funcionamiento de nuestro cine.

LOS `PUENTES DE LA MEMORIA. “Y entre las carencias con las que nació nuestro pueblo figuraba esta, la del espacio ciudadano en común”.

 


Hace exactamente tres meses publicamos rastros sobre la Plaza Almirante Guillermo Brown y en aquel momento señalábamos, ante el recuerdo de toda una serie de iniciativas, que hubo una plaza que no fue: “puesto que es de señalar que en la mensura de Varela esl destino cívico estaba dado para la manzana que rápidamente identificaremos como “del cine”. No en vano, frente a este solar, habían adquirido propiedades los Bilbao, Santomé e Ibarra, no en vano las reservas llevaron que frente a esta plaza se erigiera la Delegación de Gobierno y el Banco, y que el pueblo construyera su Juzgado de Paz”.

 

Hoy cumplimos la promesa de volver sobre el tema y graficamos el cómo se repartió la tierra de la que iba a ser la plaza y que por pedido de la Comisión de Fomento fue conferida a particulares en tanto que se cercaba el perímetro de la plaza definitiva.

 

Veamos cómo quedó distribuida la plaza que no fue, que comprendía la manzana 44, asignándole los lotes a los siguientes adquirentes:

 

Lote A: Juan Manuel Muñiz Piniella, que recibió su título de propiedad el 28 de febrero de 1947, el General Perón firmó el Decreto Adjudicatario Nro 5582.

 

Lote B: Comprador Nicanor Valdez, que lo recibió por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nro 9978 del 20 de mayo de 1952.

 

Lote C: Francisco Máximo Bilbao, título también firmado por Perón. Decreto 7269 del 18 de marzo de 1947.

 

Lote D: Adjudicado por la Ex Dirección General de Tierras de la Nación a María Soto Legue de Visich, pero que recién pasó a tener título de propiedad con la gobernación de Ruperto Bilbao.

 

Lote E: A Waldron y compañía, por título 19.199 firmado por Perón.

 

Lote F: Eduardo Van Aken Telmas. Título dado por Decreto 7271 del 18 de Marzo de 1947 con la firma de General Perón.

 

Lote G: Otorgado por Frondizi el 8 de septiembre de 1958 por Decreto 5408 a Ernesto Bares Rield.

 

Lote H: De Vicente Elisardo Canga, título por Decreto 26467 del 26 de Diciembre de 1951 del superior gobierno de la Nación ejercido por Juan Domingo Perón.

 

El método más generalizado por el que la plaza se privatizó fue el de las ofertas enviadas por los interesados en comprar su parte. Los trámites de obtención de tierras en propiedad pasaban por Buenos Aires, de ahí la demora en concretarse desde el momento inicial de la gestión por 1937.

 

Una gran movilidad inmobiliaria operó en esta zona de lo que hoy es el microcentro. Tan sólo conservan propiedades en el lugar, como familiares de los oportunos adjudicatarios: María Soto Legue de Visich, Vicente Elisardo Canga, la esposa e hijas del Checo Bares y Eduardo Van Aken S.C.A. muchos de ellos en parcelas de inferior superficie a las  originarias.

 

Al repasar esta nota y recordar el espacio despoblado que circundaba a la plaza desde sus tiempos del cerco, observo como tenía mayor coherencia distributiva el conjunto de construcciones públicas y privadas que existían en torno a la manzana 44, la plaza que no fue.

 

En tal sentido transcribimos la solicitud de la Comisión de Fomento elevada a la Oficina de Tierras que ejercía don Juan Cabezas, con fecha 20 de febrero de 1937.

 

“En la reunión celebrada por esta Comisión el día 15 del corriente mes se acordó dirigirnos a Ud. Y por su digno intermedio  a quien corresponda, solicitando la permuta de la manzana 44 de este pueblo, reservada para plaza, por la número 33, hasta el momento libre de edificación y con el mismo destino. Fundamos esta permuta, primero, porque es opinión de esta Comisión de Fomento que la manzana 33 solicitada está, para el fin que se destina, mejor ubicada en relación al futuro desarrollo del pueblo, en que demandaría menos gasto su arreglo ya que es mucho más llana que la reservada, factor de tener en cuenta por la Comuna cuyos recursos son exiguos y además porque en el solar D de la manzana 44 se ha construido una casa”.

 

 

LOS ANTIGUOS POBLADORES Y SU RELACIÓN CON EL MEDIO.5(*)


 

En el 2010 en el marco de las múltiples actividades del Bicentenario, recibimos una propuesta por parte de la Licenciada Alejandra Feulliade, de escribir un capítulo histórico riograndense para una obra que se llamaría EDUCACION AMBIENTAL. Aportes para el aula 5.

 

En uno de los tramos que escribimos, decíamos:

 

Lento sería el desarrollo del pueblo que con cuatro hoteles y tres almacenes de ramos generales viviría de y para la ganadería hasta el descubrimiento de hidrocarburos en el invierno de 1949. Ya regía la Gobernación Marítima el gobierno del territorio fueguino, y si bien no se había logrado la integración con población de Ushuaia, la administración de los marinos atendía desde su Delegación Zona Norte a un proceso de argentinización que buscaba sustituir la población mayoritariamente chilena, por naturales del país.

 

Y después de otras relaciones que no viene al caso detallar en todos sus términos dábamos un salto para  centrarnos en un hoy de los recursos naturales de la zona:

 

Queda el aliciente del petróleo que hace poco le ha dado un segundo gasoducto al país cruzando las profundidades del estrecho de Magallanes, la reciente promoción a las industrias electrónicas que ya muestra sus frutos, y la frustración de la falta de un puerto que canalice y abarate el comercio local, con un puerto en caleta La Misión que se herrumbra por la imprevisión con que fue construido, y un recurso pesquero que apenas alcanza niveles artesanales, mientras que la ganadería próspera de otros días –con un millón de cabezas ovinas- hoy se ve reducida a solo 400 mil, por efecto de los perros asilvestrados, buscando una tabla de salvación en una producción bobina que conforme la demanda de la creciente población.

El turismo rural crece en las estancias como una ventana nueva construida con los viejos elementos de tiempo pastoril, entre ellos en María Behety –lo que fue la segunda argentina de José Menéndez- el gran galpón de esquila; y también llama la atención el humedal costero que desde a lo largo de toda la costa ofrece la viva naturaleza volátil que es indicio de la salud ecológica de nuestra comarca.

Y el desafío constante del crecimiento demográfico, producto de los incentivos materiales para la radicación de trabajadores, la cobertura de servicios asistenciales, y una situación global de estímulo que llevó en corto tiempo a Río Grande a pasar de ser “un gran pueblo” a una “pequeña ciudad”.

 

Al año nos reencontramos con Alejandra pensando en una presentación que ahondara prácticas tal vez hoy perdidas, difíciles de recuperar, ligadas a la posesión de la tierra y su uso productivo, para felicidad de sus ocupantes; esa que fue una constante para los vecinos que distaban de ser pobladores, y distaban también de ser antiguos.

 

 

 

¿Esta historia continuará?

                                

(*) Recuperamos en el tiempo esta conferenciada dada el viernes 18 de noviembre de 2011, en el hotel atlántida, como parte4 de la CELEBRACION DE LA OBRA DE SAN VICENTE

DE PAUL EN RIO GRANDE

HOJAS DE VIDA: José Wenceslao Uribe. Entre almacenes..

 


Trato de ver por donde lo recuerdo. Por visita a casa para darme las gracias. Hacía un programa que se llamaba Nuestra historia reciente, que no eran tan reciente en el plano personal: entonces aludí a un accidente automovilístico que terminó con la vida de uno de sus hijos, y la mayor parte de su familia, en una salida de vacaciones.

Hablamos sobre la vida y sobre la muerte, y guardamos los debidos silencios.

Podría haber comenzado por otro momento. Yo, mi padre y mi madre entramos a la mejora que habría de ser nuestra casa y donde él –que por entonces era empleado de Vialidad- en los ratos libre carpinteros. En alguna de las paredes de esta casa deben estar los clavos que él colocó allá por 1960.

Su llegado a Río Grande fue por  el 13 de octubre de1947, y no le gustó para nada el lugar, si no hubiera venido a buscar trabajo se hubiera ido a los tres días, aunque aquí ya residieran sus mayores.

La suerte estaba echada, más allá de las apariencias este puerto sería el escenario de su vida.

 Pero vamos a detenernos en lo que él nos contó a su momento, una tarde que en su casa de la avenida Belgrano el sol se ponía en el horizonte, y recordaba cómo llegó a tener ese terreno, arrastrando la casita que había levantado al 400 de la misma calle, donde alquilaba un terreno, hasta instalarse en ese tremendo solar que desde un tiempo está en venta, y donde yo concurría por mandado familiar a comprarle a la señora la excelente y abundante lechuga que ella sabía producir.

Su primer empleo fue en La Anónima, que por entonces funcionaba en lo que hoy es Perito y Libertad, entonces Luís Py. Eso fue a los cinco días de su llegada.

El gerente era Juan Muñiz, un asturiano. En la tienda estaba Cabero, en la caja la hermana de Mullins, de ferretero Pantaleón Gallardo, a él le tocó el almacén.

Eran 20 trabajadores, uno solo argentino, un hombre del Chubut.

El negocio tenía su clientela fija, con cuenta corriente, se llegaba a pagar lo que se había sacado en cada sector, se pagaba, se encargaba según lo pedido habitualmente, y si se salía de la lista habitual había una corrección. Lo común era utilizar el servicio de reparto de firma.

Los que podían tener mayores consumos eran los que tenían hotel o pensión.

Un día por Dunken, un alemán de Puerto Varas, de la misma provincia de Llanquihue de donde era él, le habló de mejores oportunidades salariales en El Precio Fijo, comercio de ramos generales situado en lo que sería hoy la esquina de San Martín y 11 de julio, entonces Elcano, y allá fue a preguntar si eso era cierto.

Llevaba más de dos años en su primer empleo fueguino, pero la diferencia era cercana a un 40%, eso se lo hizo ver al gerente, que hizo silencio y le deseó buena suerte.

Pasaría a servir en la filas de Federico Ibarra.

Si se miraba bien no era tanta la diferencia entre uno y otro empleo, hasta había menos cosas por despachar, como el caso del combustible que tenía su surtidor en La Anónima sobre la calle Py.

Allí a dos cuadras de su anterior empleo estaba el almacén en que permanecería unos siete años más.

Se trabajaba cortando al mediodía, y variaba el horario según las estaciones del año. En invierno no hacía falta atender hasta más tarde.

El sábado inglés era ley, y entonces había que acompañar en la temporada de verano al equipo de fútbol de los negocios que siempre tenía algún compromiso.

Llegó el amor, se formó la familia, donde José se rio cuando le pregunte por otros Uribe que había en Río Grande, con mi pregunta de siempre: -“De los Uribe pobres o Uribe ricos”.

Se rió nomás.


En las fotos: Con la esposa y el mayor de los hijos.

Con sus descendientes.


LRA 24 Y SU CINCUENTENARIO.38. El ingeniero Masaro.


 En el año 1969 vino primera vez a Tierra del Fuego como empleado de la firma SADE. Debían levantar dos obras muy importantes para las comunicaciones: el servicio de micro ondas –de Pico Trucado al sur-, y la filial de Radio Nacional en nuestra ciudad.

José Omar Masaro tenía 35 años y era ingeniero civil. Treinta años después, ya jubilado, partió al sur con su esposa para hacerle conocer todo lo que lo había mantenido ausente en su juventud.

Y con ello llegó a la radio señalando de inmediato el buen estado de la repartición que había dirigido en su construcción.

Junto a los hechos ingenieriles propio del manejo de ambas licitaciones nos fue dando detalles de la vida que se seguía en nuestro lugar. Entonces su casa era el Hotel Los Yaganes, y su mundo los concurrentes a ese preciado lugar, y como un detalle risible hablaba de un Campeonato de Truco que se realizó en el establecimiento, resultando ganadores una pareja de japoneses que venían con la firma para la instalación de la parte electrónica.

-“Todo andaba muy bien hasta que llegó el invierno”- Nos ha dicho Masaro. Y es que no se paró en ningún momento.

Y la tarea no era fácil. El cemento venía de Comodoro. Pero con los cerramientos la tarea se complicó: eligieron para el transporte la época de la primavera, y los camiones se empantanaron en las rutas chilenas dónde no había ningún tipo de asistencia.

Se disponía entonces un servicio de transporte naval, e Lucho y el Mar Argentino, pequeñas embarcaciones que podían transportar hasta 800 toneladas y que tomaban quince días para llegar de Buenos Aires a nuestro muelle, puesto que iban parando en todas las localidades de la Patagonia.

Pero el tema más complejo era traer los equipamientos de transmisión. Para ello Aerolíneas dispuso convertir un avión Boeing de pasajeros en transporte de carga, se sacaron los asientos, se llenó el recinto de colchones, para aminorar cualquier posible golpe, y se necesitó de 33 operarios para las tareas de carga y descarga. Para ello se ideo una rampa que permitía el deslizamiento de los componentes encajonados, y se trabajaba a contrarreloj. Es que no podían demorarse más de las 17.30 porque los aviones no tenían instrumental para operaciones nocturnas.

En Ezeiza todo estaba bajo el comendo del jefe de pilotos de la compañía –de apellido Palermo- y a las 16.30 ya estuvieron en condiciones de retornar.

Masaro nos envió al poco tiempo fotografías de todos estos pasos constructivos, y además de ello por una década esperaba nuestro saludo cada 28 de abril, participando con sus recuerdos en nuestra fiesta de cumpleaños.

En Lomas de Zamora, su lugar de residencia, era un continuo difusor de los Patagónicos, siendo un multiplicador de la soberanía y la cultura nacional.

LOS ANTIGUOS POBLADORES Y SU RELACION CON EL MEDIO NATURAL.3 ( *)

 


En 1920 el capitán de un barco, Esteban Repetto, manda a hacer un croquis sobre las viviendas asentadas espontáneamente en el norte del río. Era el gobernador interino y la visita de su nave, un transporte de la Armada, permite dilucidar intereses de aquellos que habían crecidos protegidos del viento imperante por la barranca de la costa, en tanto que abre en el papel una sola calle –que con el tiempo será Perito Moreno- dividiendo de uno y otro lado de la misma, en manzanas de 100 metros de lado, el primitivo trazado del pueblo.

Cada manzana fue entregada a cuatro distintos ocupantes, los que disponían así de un espacio de 50 por 50, que excedía las necesidades inmediatas de los ocupantes.

El requisito primordial era cercar, en eso se iba la mayor parte de las ganancias. La vivienda que nacía en el interior de ese predio casi siempre respondía a alguna actividad comercial, subsidiaria de la concurrencia ocasional del que bajaba del campo al pueblo, o el que bajaba de un barco y se disponía a entrar en la tierra. Bien pronto se multiplicaron los emprendimientos que ofrecían pensión de cama, o pensión de mesa a los pasajeros, y por supuesto alimento para las cabalgaduras.

En esos predios de 50 por 50 comenzarán a desarrollarse actividades que son centrales a la convocatoria que nos trajo hoy a esta celebración de “las damas vicentinas”.

 

¿Esta historia continuará?

 

(*) Recuperamos en el tiempo esta conferenciada dada el viernes 18 de noviembre de 2011, en el hotel atlántida, como parte4 de la CELEBRACION DE LA OBRA DE SAN VICENTE

DE PAUL EN RIO GRANDE

 

La foto tomada desde la antena de la radio nos muestran los grandes terrenos de aquel tiempo.

RIO GRANDE, caudal y cauce.3

 


Nos detenemos en un momento cuando el entonces Presidente Hipólito Yrigoyen firma el 11 de julio de 1921 el decreto por el cual entre muchos otros emprendimientos da origen a la Colonia Agrícola de Río Grande. Esta resolución no cambia en mucho en lo inmediato la vida de este puerto, y tal vez permaneció desconocida para la mayoría de la población que habrá recordado como la noticia del año al naufragio del Piedra Buena en Caleta La Misión.

 

Río Grande experimenta de continuo la incomunicación: un sistema telefónico no obstante genera una vinculación, que aunque trabajosa es eficiente, entre el campo y la ciudad; en tanto que la estación de radio, administrada por la Armada levanta su enorme antena en la costa, posibilitando rondas de enlace con el norte del país.

 

Para 1926 el Ingeniero Jesús Varela habrá realizado la mensura, y con ella Río Grande contará con un plano para expandirse ordenadamente. Hay un sector urbano amplio, y un sector de quintas y chacras. Sobre estas últimas tendría que haberse consolidado la denominada Colonia Agrícola, pero los emprendimientos fueron mínimos, y subsidiarios del comercio y la ganadería en mayor escala.

 

Para el 10 de septiembre de 1922 es una realidad la primer escuela fiscal, atrás de esta idea anduvo un maestro Telmo José Suárez, que consiguió de Ramón Sosa –encargado de la Ayudantía- la sesión de su pequeña casita sobre la actual calle 11 de julio entre Perito Moreno y San Martín, y allí comenzó el dictado de clases. Todo muy irregular, teniendo en cuenta que los niños eran pocos y el tiempo del maestro también, puesto que debía atender el Juzgado de Paz, el Registro Civil, el Registro de Créditos Prendarios, la Oficina Enroladora y la Dirección de Tierras.

 

Es en estos años cuando se implementa en el norte fueguino toda una “reforma agraria”. Las tierras fiscales, hasta entonces empleadas en el pastoreo por las firmas preexistentes, son entregadas a nuevos adjudicatarios, lo que da lugar a conflictos por su posesión, a circunstancia de desalojo y a manejos irregulares que llevaron a hablar de los “palos blancos”; “nuevos pobladores” que en realidad trabajaban con capitales y al servicio de los “viejos pobladores”. Los ribetes conflictivos del problema se instalarán incluso en una interpelación parlamentaria en la cámara de Diputados de la Nación, donde Suárez –puntano de nacimiento- encuentra en un comprovinciano –el diputado Quiroga-  un agente denunciante del escándalo de las tierras  fueguinas.

 

Pero todo esto no prosperará cuando en 1930 un golpe de estado ponga fin a las cuestiones radicales en todo el país.

 

Antes, en 1928, el gobernador José María Gómez dispone que Río Grande tenga gobierno propio, y así nace la primera Comisión de Fomento. Son los comerciantes del lugar los que deben afrontar ad-honorem tales funciones administrativas: Francisco Bilbao como presidente, Van Aken como vice, Federico Ibarra, el único argentino, como tesorero, Manuel Anllo como vocal. Los dos primeros, español y belga, con comercio, los dos segundos con almacén y hotel, el primero –correntino- bajo el nombre de El precio fijo, el segundo –español- en Punta María, frontera rural de Río Grande.



 En las imágenes Hector Van Aken y una lectura reciente en torno a la escuela 2, nacida del trabajo compilativo de César Augusto Muñoz Aguayo.

HOJAS DE VIDA: Antonio CAMBÁ Figueroa: Sus primeros años fueguinos.

 


El personaje al que mostramos aquí bailando el pericón en una fiesta “Esperando el 25” tuvo un nacer correntino, en Mercedes, hasta que el servicio militar lo trajo a este sur.

No había gozado de mayor instrucción si bien se lo había educado en el respeto, su aprendizaje formal era escaso, era del campo y debía servir para el campo.

Tierra del Fuego fue un escenario de sorpresas desde el momento en que lo embarcaron junto a un millar de otros jóvenes de distintos puntos del país y lo dejaron en Ushuaia, a cumplir con sus obligaciones.

Sería un infante de marina, en una de las compañías del Bim 5, pero sin llegar nunca a Río Grande, lugar que les quedaba muy lejos.

Eso fue en 1957. Cambá era minucioso en recordar las fecha de todo este andar que lo dejó tan lejos de casa.

De esta experiencia en la capital fueguina aparecen los días en que debió participar de la custodia de los presos peronistas que llegaron después del golpe del 55. Recuerda que ha Guillermo Patricio Kelly le habían preparado una suerte de departamento, donde gozaba de no estar expuesto a las inclemencias de la intemperie austral.

De curioso aprendió  esquiar, y con  los pocos francos que tenía conoció el poblado y se fue volviendo vivaracho. Y así pasaron dos años y cuatro meses de su juventud.

Cuando terminó su servicio le vino un ofrecimiento: como era de a caballo podría ser un bueno policía, y así se alistó para serlo. No habían mucho trabajo, algunos alborotos cuando la gente se pasaba de copas, era cosa de llevarlos al calabozo y al otro día –casi todos eran clientes consuetudinarios- cada uno sabía lo que tenía hacer: cebar mate a los uniformados, limpiar a los escasos vehículos de la jefatura. No eran malvivientes, simplemente contraventores.

Pero no tardía en recibir un destino en el corazón de la isla: en el Lago Khami. Allí eran cuatro, porque el jefe estaba en un proceso, y de esa antigua comisaría, hoy convertida en museo, dependía el único agente que controlaba San Pueblo. Era el tiempo de los destacamentos.

El que mandaba era el comisario Cima, que andaba siempre en chancletas.

El que de sus ahorros había conseguido media docena de cabalgaduras cruzó con ellas la cordillera, y más tarde la enriqueció llegando a tener unos quince.

En ese ámbito rural las cosas se complicaban cuando en un establecimiento entraba el licor y con eso había alguna riña, y algún herido.

Allí tenía cerca a algunos de los antiguos fueguinos: Lola, y el viejo Jack, Santiago Rupatini. Entre los cristianos Tardón de La Porfiada, doña Elena en casa de Leguizamón donde se arrimaba a la muchachada del lugar que trabajaba en la fábrica de maderas industrializadas.

De a poco fue aprendiendo del leer y el escribir algo más de conocimiento de lo que había traído. Y un día supo que existía la posibilidad de hacer un curso de bombero en la Policía Federal. Pidió ayuda para diligenciar la solicitud, en Khami no tenían máquina de escribir, y se quedó esperando la respuesta. Mientras se perfeccionaba como ejecutante de la armónica, instrumento que había comprado en Punta María, y con la cual remedaba la música que entraba por LU 12 de Río Gallegos. Como buen tropero era silbador, y de allí nació el músico que había llevado adentro.

Y un día supo del concurso y se sintió ganador. Y por Buenos Aires se fue haciendo bombero. Lo teórico lo desbordaba. Lo práctico lo apasionaba. La guardia era un conjunto de sorpresas. Un incendio en el puerto comenzó un día a la mañana y terminó a las ocho de las tardes del siguiente. Entre 150 aspirantes salió tercero en la práctica, y entre el 15 o 16 por lo de lectura y escritura.

El curso había sido entre el 3 de febrero y el 30 de agosto del 62. Había llegado como cabo primero de la policía, al año siguiente lo tendríamos por primer vez en Río Grande, un lugar donde la vida se le pintó de todos los colores, y donde llegó a ser ¡karateca!

-“Yo no soy mosca para andar detrás de nadie!, me dijo un día en que conversamos sobre la vida en su casa de la calle Patagonia. Su decir era un compendio de sabidurías camperas, y nunca profería insulto alguno. Recordaba a su padre, lamentando su batalla perdida con el alcohol. Y a su madre, de la cual nunca se dejó cebar un mate, y la que fue de invalorable ayuda cuando las desavenencias matrimoniales lo dejaron sin mujer, y fue llevando a sus niños allá lejos, para ser criados por sus mayores.